En esta
ocasión quiero hablarles un poco acerca de las cosas que llegan a suceder
dentro de la pista de hielo, esto porque en mi reciente visita pude notar que
las personas que nos visitan son diversas, y en esta diversidad también hay las
que son expertas en andar en patines, las que no son especialistas pero se defienden, y de las que voy a
platicar específicamente, o sea de los valientes que se atreven a entrar a
patinar sin saber un gramo de este arte.
Y digo
valientes, ya que lo que comúnmente sucede en estos casos, es que pierden el
equilibrio y caen, sin embargo la caída no es lo peor, ya que el bochorno y el
dolor la mayoría de las veces hace que se cohíban y pierdan las ganas de seguir
deslizándose por este resbaladizo piso.
A pesar de
estas circunstancias, no creas que si
vienes a la pista y no sabes patinar vas a pasar un rato aburrido, ¿Por qué?
Bueno, pues debido a que en este lugar hay personas capacitas en este ámbito
(llamados monitores) que pueden auxiliarte y si de plano no sabes nada de nada
sobre la patinada, pues ellos pueden acompañarte hasta que te sientas un poco
más seguro.
En esta
ocasión encontré a Jessica y a sus dos amigos, quienes son monitores en la
pista de hielo, ellos son encargados de que las personas se encuentren bien,
por ejemplo, que cuando alguien caiga lo ayude a incorporarse o apoyándolo en
el aprendizaje de esta actividad, a decir verdad resuelven las dudas que los
visitantes tengan con respecto a la pista. Algo muy importante es que dentro de
la misma se encuentra rondando personal del Escuadrón
de Rescate y Urgencias Médicas ERUM, en caso de algún posible
accidente.
Mencionado
lo anterior, te hago de nueva cuenta la invitación para que nos visites, ya que
pasaras un rato divertido, viendo cosas chuscas, como por ejemplo el caso de un
chico que le pedía a su novia que confiara en él (para enseñarle a patinar),
pero ésta se mostraba renuente, ya que era más su miedo a caer, sin embargo las
palabras de este joven la convencieron, y decidió hacerlo, pero no llevaban más
de 5 “pasos” cuando se destanteó y por poco cae, si no es por la ayuda que le
brindó su acompañante , pero al darse cuenta esta chica que cada quien viene es
su rollo, se desinhibió y permitió que
le siguieran mostrando la forma de hacerlo correctamente; esta actividad
no tiene limite de edad, pues pude observar a un adulto mayor que al parecer se
sentía como pez en el agua y pasó 45 minutos de mucha diversión, eso sí, sin
perder ni por un momento el control. Sin más por el momento, me despido
esperando se animen a venir y darse una vuelta por el bellísimo centro
histórico.
Angélica Cortés.
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