martes, 20 de diciembre de 2011

DE CAIDAS Y OTROS VERICUETOS.


En esta ocasión quiero hablarles un poco acerca de las cosas que llegan a suceder dentro de la pista de hielo, esto porque en mi reciente visita pude notar que las personas que nos visitan son diversas, y en esta diversidad también hay las que son expertas en andar en patines, las que no son especialistas  pero se defienden, y de las que voy a platicar específicamente, o sea de los valientes que se atreven a entrar a patinar sin saber un gramo de este arte.
                                  
Y digo valientes, ya que lo que comúnmente sucede en estos casos, es que pierden el equilibrio y caen, sin embargo la caída no es lo peor, ya que el bochorno y el dolor la mayoría de las veces hace que se cohíban y pierdan las ganas de seguir deslizándose por este resbaladizo piso.

A pesar de estas circunstancias, no  creas que si vienes a la pista y no sabes patinar vas a pasar un rato aburrido, ¿Por qué? Bueno, pues debido a que en este lugar hay personas capacitas en este ámbito (llamados monitores) que pueden auxiliarte y si de plano no sabes nada de nada sobre la patinada, pues ellos pueden acompañarte hasta que te sientas un poco más seguro.

En esta ocasión encontré a Jessica y a sus dos amigos, quienes son monitores en la pista de hielo, ellos son encargados de que las personas se encuentren bien, por ejemplo, que cuando alguien caiga lo ayude a incorporarse o apoyándolo en el aprendizaje de esta actividad, a decir verdad resuelven las dudas que los visitantes tengan con respecto a la pista. Algo muy importante es que dentro de la misma se encuentra rondando personal del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas ERUM, en caso de algún posible accidente. 
Mencionado lo anterior, te hago de nueva cuenta la invitación para que nos visites, ya que pasaras un rato divertido, viendo cosas chuscas, como por ejemplo el caso de un chico que le pedía a su novia que confiara en él (para enseñarle a patinar), pero ésta se mostraba renuente, ya que era más su miedo a caer, sin embargo las palabras de este joven la convencieron, y decidió hacerlo, pero no llevaban más de 5 “pasos” cuando se destanteó y por poco cae, si no es por la ayuda que le brindó su acompañante , pero al darse cuenta esta chica que cada quien viene es su rollo, se desinhibió y permitió que  le siguieran mostrando la forma de hacerlo correctamente; esta actividad no tiene limite de edad, pues pude observar a un adulto mayor que al parecer se sentía como pez en el agua y pasó 45 minutos de mucha diversión, eso sí, sin perder ni por un momento el control. Sin más por el momento, me despido esperando se animen a venir y darse una vuelta por el bellísimo centro histórico.                                                           
               Angélica Cortés. 


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