Acto III
La pobre Butterfly, que se quedó toda la noche en vela esperando la llegada de Pinkerton, se acuesta agotada como así le pide Suzuki. Cuando Butterfly y el niño se retiran a descansar, se produce el regreso de Pinkerton y Sharpless. Suzuki los recibe y les comenta que la pobre está descansando; ellos le piden que no la avise. En el momento en que ellos niegan el aviso a Butterfly, Suzuki observa que hay una tercera persona en el jardín: es la "verdadera esposa americana" que tanto comentaba Pinkerton en el acto I. Sharpless le revela la noticia de que Pinkerton se casó y le pide que sea el apoyo para la geisha porque "para sus penas no hay consuelo posible”.
Mientras Suzuki y Sharpless tratan de conversar sobre la necesidad de que Butterfly la conozca, Pinkerton se queda rondando por la casa y el sufrimiento se siente en cada nota que surge de su voz y cae en la cuenta del daño que ha ocasionado a la pobre geisha que ha contado los días y las horas desde su marcha. Suzuki marcha a hablar con Kate, la mujer que llegó con ellos dos, mientras que el cónsul y Pinkerton se quedan solos.
Pinkerton le pide al cónsul que le de todo el apoyo a la vez que le confiesa su remordimiento mientras que éste le recrimina que ,en su momento, no le hiciese caso y le revela que ella se negó a todos los consejos ya que creía en ese amor. Pinkerton se despide de la casa con el célebre "Addio,fiorito asil", de gran intensidad y en el que su desesperación es total (ah! Son vil!). Un breve diálogo entre Suzuki y Kate es el preludio de la aparición de Butterfly que nota que hay alguien fuera.
La aparición es optimista (È qui...è qui) pero enseguida mutó cuando ve a Kate y a Suzuki llorando. Cuando Sharpless le revela que es su esposa, Butterfly muestra su carácter más maduro ("sotto il gran ponte del cielo"... "Bajo el gran puente del cielo") en este momento en el que trata de tranquilizar a la esposa de Pinkerton de que no se preocupe por ella. Respecto a su hijo, " a él se lo podrá dar si viene". La marcha de Kate y el cónsul deja solas a Suzuki y a Butterfly con lo que se llega al final. Suzuki va a la busca del niño mientras la geisha coge el cuchillo con el que su padre se hizo el hara-kiri para también realizarlo ella. En el momento de hacerse el hara-kiri, Suzuki le envía el hijo (con el fin de evitar el fin de ella).
Es el momento de la última aria de Butterfly (Tu!,Tu!), muy emotiva en la que se despide de su niño. Le pide que se vaya a jugar y, en el momento en que el niño se adentra realiza el hara-kiri mientras, desde lejos, se oye la voz de Pinkerton tratando de llamarla. El final dramático coincide con la bajada de telón: Pinkerton se queda apesadumbrado y arrodillado ante el cadáver de Butterfly mientras Sharpless trata de llevarse el niño sin que éste pueda ver a su madre muerta.
Y así Madama Butterfly pone fin a su paciente amor.
Alma González
No hay comentarios:
Publicar un comentario