A ritmo de Jazz
Este sábado inició la caravana cultural con un gran ritmo, con sabor a Jazz. Raymundo Vázquez, estudiante de música, y próximo a abrir un taller en el Instituto de la Juventud, participó en el encuentro que se hace cada sábado en algún punto de las calles de la delegación Iztapalapa, de cuyo nombre no quiero acordarme.
Al ritmo de Giant Steps de John Coltrane, Raymundo tocó su Sax Alto Semer del 1936. Su música con el saxofón nos demostró que el ritmo transmite hasta los más extraños sentimientos, que nos hace viajar a mundos nuevos. Cada pieza musical, cada nota, cada sonido del sax decía a nuestros oídos que la música es la máxima creación, junto con las matemáticas. Al escuchar el Bessies´s Blues que Raymundo interpretaba, el silencio se transformó en música.
A nuestro joven jazzista cada vez que interpretaba alguna pieza se le podía notar el disfrute, el goce, la conexión íntima entre el saxofón y él. En un instante eran un mismo sujeto que habla en el idioma de las notas: Redonda, blanca, corchea, etc. Era un código que se traducía en música.
Su Sax Alto Selmer de 1936 nos mostraba la experiencia de haber sido utilizado más de 70 años pues estaba moldeado por la experiencia de su antiguo dueño, quizás jazzista. Raymundo sabe que tiene una reliquia con muchas memorias; parecía que a su saxofón, por ser viejo, se le facilitaba tocarlo mejor, porque al interpretar Oleo de Michel Breaker el instrumento sabía que no era la primera vez que lo interpretaba.
En lo personal conocer más sobre el Jazz me ilustra el panorama a un mundo cuyas voces, que se encuentran ahí, tienen una historia que merece ser contada. Las voces de una cultura que con mucho esfuerzo ha llegado ser una de las grandes representaciones de movimientos sociales, culturales, musicales del continente americano: la cultura afroamericana se ha ganado estar en lugares importantes en la historia. Y con respecto al Jazz para mí el representante máximo es Charlie Parker quién fue un personaje que llegó a la literatura por medio del escritor Julio Cortázar en su cuento El Perseguidor.
Raymundo está ansioso por su proyecto de abrir su taller en el INJUVE, me comentó. Para el año próximo iniciará con un estilo que debe conocerse y aprovecharse por los jóvenes. El Instituto nos ofrecerá en el saxofón de Raymundo el Jazz una alternativa para conocer un mundo, donde el instrumento de viento nos provocará redescubrirnos a nosotros mismo; al menos a mí me los provocó.
Hoy en día lo que se necesita es escuchar y conocer sobre lo que nos ofrece la música y lo que nos transmite. Como lo mencionó el historiador March Bloch: No hay menos belleza en una exacta ecuación que en una frase precisa. Tampoco la hay menos en una frase precisa que en una melodía sublime que provoque un sentimiento.
Erick Vergara
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